jueves

Clamando en el desierto


Soy la zarza ardiente que clama en el desierto, en el desierto de unos huesos secos que están en busca de un oasis, pero que en realidad solo se dirigen a un espejismo insatisfactorio y hueco; y es por eso que clamo con el Fuego que arde en mi ser, para que así puedan esos huesos percibir que hay agua verdadera, que Espíritu que puede volver a hacerlos nacer. ¡Por eso clamaré! Y es por eso que estaré aquí, hasta que esos huesos escuchen la Voz del que habla mediante mí. Clamaré y clamaré, para que descubran lo que yo ya descubrí. 
Clamando en el desierto

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