domingo

Física de la Vida


     Hay muchos que no les gusta la materia física en el colegio y la verdad es que no es una de mis favoritas, al contrario, no veo el momento que suene el timbre y no volver a ver en el pizarrón ninguna de esas ecuaciones. Después de anotar lo justo y lo necesario, luego de escuchar todas las explicaciones del profesor miro por la ventana a ver si la naturaleza me traerá algo más interesante que las teorías que revolucionaron la ciencia.
      Nunca entendía cuando por ahí decían que era importante para mí, que me sería de gran utilidad. Pero lo cierto es que, en todo este tiempo tenían razón.
      Aún no siendo buena en los números y comprender bien las experiencias de laboratorio, vi cómo las leyes físicas afectan de forma igual a mi cosmovisión y estas son las enseñanzas indirectas que me mostraba el libro de aquella dichosa materia. Las leyes fundamentales de la naturaleza también se cumplen en la vida.
      Además del famoso dicho que siempre mi mamá decía: “todo lo que sube tiende a caer”, que  de hecho proviene de la inspiración de la fuerza de la gravedad en cualquier objeto; lo compara con los éxitos y fracasos de uno hay mucho más que me mostraron estos años de física en el bachiller.
      Hoy en día los medios de comunicación me influyen muchas veces a creer que la apariencia física lo es todo. Sin tener todas esas características que te vuelven alguien atractivo no podré obtener éxito en varios ámbitos de mi vida, recuerdo aquella clase de óptica que decía que cualquier imagen reflejada en un espejo plano es una imagen virtual, no se puede hacer nada de provecho y tiene razón, no se puede trabajar ni capturar nada, es simplemente un fenómeno visual que agrada a la vista, mas nada esencial se puede encontrar en aquel espejo que veo todas las mañanas después de despertar.
      Pero no solamente este postulado.
      Quiero lograr algo en mi vida, ir hasta cierto fin específico y saber hasta dónde puedo llegar. Pienso que en los demás está o que solamente es cuestión de suerte, mas no funciona así. El subir mis expectativas de vida está en mi poder y con ello no puedo parar de pensar en la mecánica cuántica.
      Esta física dicta que un electrón que quiera subir de nivel tendrá que obtener cierta carga eléctrica para subir de nivel o perder para bajar. Lo que sí es que yo soy uno de los miles de millones de electrones que tiene mi núcleo llamado mundo. Si quiero cumplir mis grandes sueños para llegar a ese fin es necesario tener cierta energía para lograr ese nivel. Esa energía lo podemos llamar trabajo, dedicación y esperanza. Sin ella estaré truncada en el mismo nivel. Al mismo tiempo no debo olvidar que debo cuidarme de todo lo que puede quitarme la energía que tengo, creyendo que no tengo la capacidad de obtener más, logrando así acercarme cada vez más al núcleo. Eso, no debo dejar pasar.
      Por otro lado, no debo dejar de lado la teoría de la relatividad. Nada es absoluto en este mundo, la forma como se percibe un suceso depende del punto de vista del observador. Esto me enseñó que no sólo hay que pensar como yo veo la vida, sino también tener consideración de los diferentes puntos de referencias, que sería mi prójimo. No debo aferrarme sólo a mi forma de ver las cosas, me pierdo de todo un punto de vista distinto pero igual de fascinante del universo que sólo el espacio y tiempo me impide experimentar, que no estoy sola y poder creer que existe un multiuniverso que entre uno de ellos es tan majestuoso que así sin más no lo podré imaginar.

      Al terminar de comprender todo esto sólo termino concluyendo que cuán grande es mi Dios. Él me ha dejado gracias a toda esta ciencia empírica obtener las respuestas el cómo debo vivir y comprender la realidad. Todo es parte de toda gran, perfecta y hermosa creación que cumplen con sus leyes impuestas desde el comienzo del tiempo, su voluntad está presente en toda naturaleza, toda vida, todo existir y en todo eso estoy yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario