domingo

Buenas madrugadas... Dejando una nota de insomnio...

Cuántas veces nos pasó esto? Cuántas veces estuvimos así? Supongo que muchas... Bueno, dependiendo del tipo de persona o el tipo de vida que lleves, o de cualquier otra cosa. A algunas les pasa más a algunas menos, todos somos diferentes. Eso es lo bueno... 
Cuántas veces teniendo a Dios, pudiendo clamar a Él no lo hacemos? A veces, en ciertos momentos nos parece que está lejos. Entendible, somos humanos. Hasta los más dotados de fe flaquean, normal, entendible, somos humanos. Pero cuántas veces nos olvidamos de eso? De nuestro prójimo que necesita y sufre por la reluciente estela de ausencia que dejamos al pasar corriendo al ver el dolor de nuestro siguiente a nosotros reflejarse en la mirada o en las hirientes palabras llenas de sorna? Cuántas veces dejamos de lado a las personas que nos necesitan? Tu amigo o amiga... Una prima o tu vecina/o que quiere hablar con alguien que ve de confianza... Cuántas veces nos piden? A veces, los más fuertes no encontramos recursos, porqué? Porqué es normal flaquear en fe. Si, me vendrán con el blabla de Dios está! Claro que sé que está, pero Él nos envía como humanos, prójimos, amigos y parientes a dar una mano. A eso es lo que voy. Asusta ayudar, porqué muchas veces tenemos que mostrar nuestro YO y estrechar una mano y sentir realmente con el otro. No sólo darle palabras que las lleva el viento, sino una realidad, un oído, un ser que se interesa por otro ser necesitado de ayuda, carente de carinho humano, tangible y cálido?! Cuántas veces porqué no nos interesó esa persona o porque se sabe luego que no necesita nada, lo dejamos pasar? Sé que es difícil, me ha pasado unas cuantas y tantas veces... Pero no dejemos faltar el calor humano que Dios nos dio para ir a ayudar, a ser así mini Cristos en tierra, como fue nuestro cometido real de parte del Senhor. 
He clamado tantas y unas cuantas veces más... Por un poco de calor humano, por una cálida sonrisa, no por palabras huecas que al final resuenan como una carcajada burlona en mis oídos, sino por un simple abrazo, un simple toque, gesto leve, apenas. A todos nos pasa, a veces no podemos, eso es entendible, somos humanos. Pero no olvidemos que ayudar al prójimo y no solo decirle:-Ora a Dios, Él te ayudará, yo no puedo hacer nada. Oraré por ti... esa también es forma de ayudar, simplemente estando. Eso ayuda tanto, la presencia humana del silencioso entendimiento, no de palabrería. Sólo estar. Sólo compartir, reconforta el alma, eleva el espíritu... Loado sea Dios a través del hermano que nos ha venido a brindar ayuda. 
Me es difícil explicar esto, porque cada persona que lo lea, lo interpretará de una manera distinta. No es una acusación, un dedo senhalando a tu rostro diciendo tu no has ayudado, sino una llamada, a reunir e ir en busca del necesitado. Y así, con humanidad, simple y sin palabras, llevarlo a Dios. Muchas veces los gestos, y no las palabras, los actos sin la chácharra son los que dejan marcas en otro. Ayudando nos mostramos en realidad... Ayudando creamos más puentes... No dejen a un/a hermano/a llorando sólo... No lo dejemos. Dar un abrazo. Eso... Es un gran gesto.
A veces así, llorando sola en un cuarto he pensado que no tenía amigos, porque cuando la pena se asomaba a la puerta, ellos se alejaban volando... Amigos del colegio, de cualquier club o de algún emprendimiento social. Quedé solo yo. Y nadie más. Dolió. Pensé que no tenía amigos. Brillar por ausencia, eso me hizo llenar de amargura y preguntar porque las palabras que ellos me decían cuando estaba bien no se aplicaban en el momento cuando era más necesitado, entonces eran vanas, efímeras. Pero entendí en un momento de oración, de reflexión que eran humanos, que aún estando banhados en la fuerza de la fe tenían miedo de acercarse a mi, viendo mi yo real, desnudo, en aprietos, necesitado de un toque gentil humano. Tenían miedo en fallar, en no poder socorrer. Ellos no sabían que no fallarían jamás estando a mi lado, en mis momentos más oscuros y viendo mi rostro como sí fuese la primera vez. Porque, tener amigos que te ayudan, que solo están ahí y pasan unas horas contigo en la peor de las adversidades, eso es un regalo y eso es algo que te hace crecer en espíritu y fortaleza. Porqué? Porqué son mandados por parte de Dios como gran obra de rescate, diciendo:-Hey tu, no estás solo/a. Que hermoso! Ya no lloro sola, con el mundo (amigos, primos, vecinos) apartando el rostro por el dolor, sino tengo a quienes me acompanhan. Espero que puedan entender lo que les quiero transmitir con todo el carinho... Ser amigos significa no dejar solo al otro, es escuchar tu intuición cuando sabes que algo va mal. Las preguntas pueden ser respondidas con respuestas falsas de "No, estoy bien, no pasa nada." siendo que en realidad, sí pasa algo. Por algo tenemos empatía... Si alguien necesita, dispuesto estoy a ayudar, a ofrecer una mano y sin hablar. Si quieren que hable, lo haré, pero sólo si lo desean. Un gesto simple... no cuesta nada y es el regalo más hermoso. No dejes llorar a nadie solo. 
Buenas Noches. 
Con carinho... un nadie que espera que algo bello pase en tu vida.  

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