Ella... Lobo

Ella. Lobo. Mujer de las selvas ocultas. La conozco y desconozco. Es tenaz y esquiva, hermosa y muy selectiva. Es un espectro de ella misma, que no se muestra a cualquier mortal. Es el lobo de las noches, que aulla en la cima de los montes, alabando a la luna en su canto viceral. Es mujer y es bestia. Es lo que no somos y lo que ella no es. Es la que se esconde detrás de eufemismos, no muestra rostro ni alma, ni corazón ni el cabello dorado de su andar. Es la que soy, yo soy la que es. No le gusta ser, no le gusta mostrar, no le gusta dar identidad. No reclama, no pide. Solo es. Ella no adora a las gentes ignorantes, vacilantes sin ideas. Vive en las estepas, llanuras del desierto poblado de vida, huyendo del hombre cazador. Se transforma en mujer, cuando la luna se oculta en los picos de las montanhas, en las cumbres ajenas y en la cúpula celestial. Luna, lobo, mujer. Qué eres? No muestras rostro, no muestras ser. No te quieres dar a ver. No le gustan las farzas, no vive por los demás, vive por ser ella misma. Es cazada por expresarse, por vivir diferente, por ser mujer y lobo, por herir y no matar. Se oculta detrás del antifaz de la bestia, desentendida, desflorada y triste. Nadie lo ve, ven su agresividad latente, su poder destructivo presente. Las diferentes facetas son buenas, pero no para la vida en manada. Ella no es lobo de manada. Ella es llanera solitaria.