lunes

Gertrud Forster


            Había una vez una mujer llamada Gertrud Deetz, esposa del comandante Nazi Albert Forster. Gertrud se casó con Albert y tuvieron dos hijos, antes que Gertrud en realidad se enterase de quien Albert es y de que el capaz es. Sus dos hijos eran chiquitos todavía, uno de 9 años; Fritz y Abella de 11 años cuando en 1939 la guerra de Alemania contra el mundo comenzó. Ella trato de advertirle a Albert que era una mala idea de ir a la guerra o de matar a gente. Pero el no la escucho, ya que tenia un puesto muy alto, hasta ser gobernante de Polonia y ser encargado de asesinatos en gran cantidad de judíos. Ella resistió un año con mucha tristeza y dolor en el corazón de lo que su esposo estaba haciendo, ya que en realidad su abuela era judía, pero nadie lo sabía.
            Hasta que en julio de 1940 ella tomo a los niños en la media noche y tomo el primer tren hasta Inglaterra. Pero no era tan fácil antes. Ella tenia que buscar varios trenes para salir de la región Nazi y para escapar de los soldados, ya que al siguiente día Albert ya había contactado a la policía, SA y SS, para que busquen a su mujer. Pasaron días de lucha para Gertrud, ya tenían que buscar lugar para dormir y para comer. Ella paso semanas sin comer y escondiéndose, pero ella se aseguraba la seguridad de sus hijos, se aseguraba que ellos consigan comida y un techo.  Hasta que un día fueron atrapados antes de llegar al ultimo tren, el tren que los llevaría a Inglaterra, a la salvación.
            Tuvieron que correr hasta un punto donde Gertrud le dio una mochila, su mochila, a Abella, la hija mayor que ahora estaba a punto de cumplir 13. Ellos no preguntaban que había en la mochila y Gertrud les dijo que solo habrán la mochila al llegar a Inglaterra. Llorando ella se despidió de los niños quienes después se escondieron en el tren con mucho temor. Pero Gertrud no lo logro, ella se rehusó a dejar a los soldados a pasar para atrapar a los niños. De esta manera ella había sido disparado por los soldados ya que esa era la orden de Albert, porque a el solo les interesaban los niños.
            Seis horas después los niños llegaron a la ciudad de Chester. Una vez que salieron del tren abrieron la mochila y vieron varias cartas de amor de la madre hacia los niños, entre ellos también chocolates, dinero y una ubicación a una casa, una amiga vieja de Gertrud. Ellos buscaron la calle de la ubicación que decía sobre la hoja y llegaron a la casa, una casa grande y con muchos colores, era un albergue para niños y jóvenes. Una vez allí una mujer llamada Igne les atendió y sabiendo exactamente que eran los hijos de su única hermana, Gertrud. De esta manera los niños pudieron vivir sanamente y sin temor de guerra en su ciudad, gracias a su heroína, su madre, Gertrud.

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