La madre que amaba hasta el infinito
Era verano, hacía mucho calor. Pero la familia de Lucy disfrutaba
de una manera increíble el día. Estaban en África, haciendo sus primeras
vacaciones en este continente tan asombroso. Lucy era madre de tres hijos, eran
dos niñas de nueve y once años respectivamente y un niño de cinco.
El esposo de Lucy había
fallecido hace cinco años de un accidente en auto cuando Lucy todavía estaba
embarazada de Luca, el niño menor. A pesar de esta tragedia Lucy criaba de una
manera asombrosa a sus hijos y por eso, a pesar de no tener un padre sus hijos
crecían en un ambiente muy lindo, de forma sana y equilibrada.
Hace tres días que ya estaban en África y a los chicos les
encantaban los lugares que iban visitando. En este día en el cual hacía mucho
calor ellos habían salido muy temprano para poder hacer juntos un safari. Iban
a ver muchísimos animales salvajes tan de cerca y eso era los que más les emocionaba
a los chicos. Todos estaban muy expectantes cuando se subieron al auto en el
cual harían el recorrido, pero también había reglas muy importantes que seguir.
Una de estas era no bajarse del auto bajo ninguna circunstancia. Porque aunque
había algunos animales bien entrenados, había otros que eran completamente
salvajes que podrían atacar a cualquiera.
Durante el viaje todo iba bien, ya habían observado una Jirafa y
algunos elefantes hermosos. En un momento pararon por solo unos minutos y justo
fue ahí cuando a Luca le llamo la atención una flor en medio de la nada que
solo estaba a unos metros del auto. Le pareció tan asombrosa esa única flor tan
solitaria en aquel lugar que él la quería tener parta si y mostrársela a su
madre, que sin pensarlo abrió la puerta no asegurada y se bajó acercándose a la
flor. En ese momento todos se dieron cuenta de lo que había sucedido y justo
ahí fue cuando se escucho un fuerte rugido. Había un león a unos 30 metros de
Luca acercándose rápidamente. El se quedó paralizado por el susto y en este
momento fue cuando Lucy sin pensarlo dos veces dio un salto hacia fuera y se
paro enfrente de el como un muro protector. Parecía que dando un salto más el
León iba a alcanzarles cuando de repente sonó un silbido. Todo quedo quieto y en
silencio y el león enfrente de Lucy sentado obedientemente como un gato. El conductor había salido del auto y resultaba ser que este era un León de un circo
cerca de ahí en el cual él trabajaba. El de hecho, era su entrenador. Nadie
podía creer lo que había pasado. Lucy estaba temblando todavía abrasándole a
Luca y reprendiéndolo a la vez por lo que hizo. Así terminó el día con una
anécdota increíble que contar de cómo Lucy había estado dispuesta a hacer todo
por salvar a su hijo.
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