Cada ser humano
tiene un principio y un fin. La vida de él comienza con su concepción y
posterior nacimiento en la tierra.
Con el pecado de Adán, el
cuerpo del hombre está destinado a morir un día, pero no así su alma. Depende
del hombre, de las decisiones que él tome durante su vida en la tierra, si su
alma seguirá viviendo eternamente o si morirá eternamente. El decide su destino
final.
En la tierra, la
vida del hombre es pasajera. Algunos viven muchos años, otros solo minutos,
horas, días o pocos años. Muchos piensan que cuando mueran, todo se acabó y es
por eso que tratan de gozar al máximo todo lo que la vida les pueda brindar.
Creen que con tener mucho dinero y muchos amigos van a ser felices. Hacen fiestas o cosas para divertirse. Pero
el dinero y los amigos pueden desaparecer y la felicidad que les traen las
fiestas y farras también acaba.
La vida aquí en
la tierra no es todo lo que le espera al hombre. Dios hizo su alma de tal forma
que pueda seguir viviendo eternamente. Pero para que pueda vivir eternamente él
hombre debe reconstruir su relación rota con Dios por el pecado. Para
restablecer la comunión entre Dios y el hombre, Dios mandó a su hijo Jesús para
que muriera por los pecados del hombre. Gracias a la muerte de Jesús en la cruz
el hombre se puede salvar de una muerte eterna y pasar a la presencia de su
creador.
Está en las manos
del hombre decidir entonces el destino de su alma. Si quiere que ésta siga
viviendo eternamente con Dios, él debe creer en Jesús. Si no lo acepta como
Salvador, su alma morirá eternamente.
Es por eso que
David escribe en los salmos que su única esperanza está en Dios. Él sabía cuan
frágil era su vida y que sus días estaban contados. También decía que la vida
era vanidad y que todo era pasajero, pero que Dios era su fortaleza y con él
David se sentía seguro. Su vida solo tenía sentido si estaba cerca de él.
Personalmente
creo que David tuvo razón en lo que decía. La vida sin Dios es muy difícil de
vivir. Y si pensamos que aquí en la tierra se decide nuestro destino final. Yo
prefiero creer lo que la Palabra de Dios dice acerca de la eternidad. Es mejor
decidir vivir ya aquí en la tierra en comunión con Dios y de esta forma, cuando
terminen nuestros días aquí, nuestra alma puede seguir viviendo con Dios por la
eternidad.
BlackWerwolf
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