martes

Hermoso pecado

Sentimiento tentador, sé exactamente como eres, como apareces, como te comportas cada vez que te presentas. Tus virtudes seductoras siempre me captan durante mis momentos más débiles. ¿Cómo es que te atreves a surgir cada vez que estoy derrocado en el piso de mi habitación, cuando mi mente no es capaz de abrir una puerta?
¿Cómo sabes lo que tanto me gusta? ¿Por qué me conoces mejor que yo a mi mismo?
Eres el imán más fuerte que he conocido, tu potencia es increíble.... Casi pareces ser omnipotente, juegas con mi mente como un bebé juega con un sonajero, no tengo muchas posibilidades de sobrevivir. Abro mi mente para que la naturaleza la llene de creatividad, pero llegas tu y te sitúas justamente en dónde más duele. Y soy consciente de todo. Eres pura maldad, lo sé. ¿Pero como es que me atraes tanto? Si sé exactamente lo que se siente. ¿Porque voy a probarte una y otra vez? Miro en tus ojos seductores y lo único que encuentro es pecado. Pecado negro como la desgracia. Y esa fuerza indispensable de tus ojos me hace sentir bien, me da ganas de estrechar mi mano y tocarte con mi dedo. Me pone curioso. Te amo y te odio. A veces quiero vivir aplegado a tu lado, nunca dejarte ir. Pero los otros días no te aguanto, quiero que te alejes de mi vida, que no te metas y que me dejes vivir en paz. Haces de mi un ser incapaz de decidirse, aunque sepa que decisión debo tomar mi carne no se lo puedo aguantar. No entiendo la razón. Eres un pedazo de suciedad en mi ojo y necesito rascar.
Se que eres malo y que no deberías provocar ningún dadá en mi corazón.
Trato de resistir. Pero ya me conoces demasiado.

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