Mi día pudo haber sido extraordinario, único alado de las personas que realmente siento, que les intereso, pero no. Nunca falta tu presencia al final de la misma. Tu irritable voz que me deja sin aliento y me grita sin consideración palabras de desaliento.
Llevo años escuchando lo mismo, para ti solo son un conjunto de palabras que surgen en un momento de ira, pero esas son las que penetran mi alma.
Nunca lo haz notado, nunca lo evidencie, pero tus mensajes producen en mi un profundo dolor que me lleva a mi famosa guarida, la cual llamo habitación, en donde descargo en lagrimas lo que debería hacerlo en palabras.
Una vez más he caído en lo mismo. Cuando sera que llegará ese añorado día en que entiendas que lo que dices me afecta, que tus acciones me influyen.
Concuerdo con las miles de oportunidades que he merecido mucho mas que esto, pero existen otras en donde de verdad siento que no me escuchas, que simplemente no quieres y que seré siempre la culpable de tus problemas...
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