martes

La carretilla vieja.

Había una vez un señor con el nombre Don Ferdinand que tenia una carretilla.
La cual era muy muy vieja. Desde miles de kilómetros se podía escuchar cuando el señor estaba trabajando con su carretilla.













¿Saben por que?
Bueno... Les voy a contar.

Antes, cuando el señor era joven, Ferdinand era el hijo de una familia muy beneficiada económicamente.
Tenia todo lo que necesitaba y nada le faltaba.
Pero Ferdinand era muy egoísta y nunca pensó en sus prójimos. Se quejo de cualquier cosa.
Sus padres le querían mucho, pero Ferdinand nunca quiso creer eso y negaba el amor de sus padres.Un día se decidió marchar y dejar a sus padres. Lo único que le dijo su padre fue: ,, Ferdinand quiero que llevas esta carretilla y que nunca olvidas que te amamos.." le beso a Ferdinand y le dejo ir. La carretilla que su padre le ha dado fue muy vieja y apena su rueda rodaba. Ferdinand quedo en las calles no se decidió volver a casa, era muy orgulloso de si mismo, tenia un odio en si mismo, pero el pensó que todo estaba normal. Aun no lo era. Con el tiempo la carretilla se puso mas pesada y Ferdinand sentía la diferencia del peso de cada día. Odiaba a todo el mundo pero nunca abandono esta carretilla. Llego el día donde Ferdinand no podía mas y se hecho a llorar. Se arrepentio y vio que todo lo que hizo en su vida fue con odio. Se puso a llorar.

La carretilla ya era vieja y estaba dañada, como la vida de Ferdinand, cuando mas odio tenia mas pesado se puso la carretilla. Así también pasa en nuestras vidas, hacemos cosas que no son bueno y nosotros llevamos este peso. Pero tenemos a un gran Dios.
Si confiamos en él, Jesús dijo que en el encontramos paz y amor.
El amor que el nos dio no podemos comparar con nada. Dios envió a su único hijo a nuestra tierra para que todos que creen en el tengan vida eterna. El nos libera de cada peso.


Hoy en día le encontramos a Ferdinand en las calles predicando.. Dios hace todo posible.

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