¿Soñadores o Irresponsables?

En la iglesia , en el colegio, en programas para jóvenes, en diversos eventos, siempre suelo escuchar la siguiente frase: ".. Y ustedes jóvenes deben ser los que cambiarán el país, porque ustedes son el futuro de nuestra nación..". Ya estoy cansado de escuchar acerca de este "mejor futuro" que tanto los adultos anhelan, pero lo máximo que ellos están haciendo para conseguirlo es negar su responsabilidad y animarnos a hacer su trabajo.

El futuro es un tiempo venidero, pero que sin presente no existe, entonces ¿qué pasa con nuestro presente?

Cada día se escuchan nuevas noticias acerca de asaltos, robos, masacres, etc. Al caminar por las calles ves a toda esa gente pobre, a niños trabajadores cargando sobre sus hombros la responsabilidad de sus padres y otros ancianos que entristecidos comentan acerca de la corrupción que ven en sus vecindarios.

Dinero, poder y placer.. Es lo único que quiere la gente hoy en día, y a nosotros nos encargan la labor de no pensar solo en nosotros sino que en el futuro de todo el país, nos imponen el título de "salvadores de la nación". Es absurdo pensar que hoy  no invite a comer a mi vecino que quedo sin trabajo y dinero, pero que mañana mis hijos si tienen que invitarlo porque están obligados a hacer lo que yo no quise hacer.

Mi sociedad está corrompida y deshonrada, llena de violencias e injusticia, pero quisiera dirigir  esta parte de mi discurso a los adultos que nos consideran los "héroes del futuro": quizás no les importe sacrificarse por su país, no quieran dar una mano al necesitado, o dar un abrazo a un niño que solo busca amor, pero yo si lo quiero y lo voy a hacer, no sólo en mi futuro sino que también en mi presente. Lo hago porque amo a mi país y no al dinero, lo hago no porque ustedes me lo dicen, sino porque los más indignados me lo piden, y no quiero halagos ni reconocimientos suyos, porque son unos cobardes llenos de avaricia, que hablan mucho pero actúan poco. Les aconsejaría que se busquen otro mundo, porque este ya está lleno de los de su especie, y son pocos los hombres y mujeres que realmente están dispuestos a sacrificar su presente para que nuestro futuro tenga una esperanza. Y no se preocupen, porque aunque seamos pocos, estamos dispuestos a encarar la tarea que ustedes nunca comenzaron.